viernes, 13 de marzo de 2009

CIENCIAS JURÍDICAS Y PARADIGMAS. (5 de 5)





1 comentario:

DANGELES.REYES@GMAIL.COM dijo...

Lic . Dennys Reyes
V-12.071.447
Lo Público y lo Ético
La confusión con este termino además de llamativa es muy dañina, se considera como publico al ámbito de interés compartido por la sociedad, de interés privilegiado, prioritario y primordial, que por su índole requiere mayor intervención del Estado sin que este se constituya en el protagonista excluyente Es un error frecuente considerar a la salud publica como patrimonio del estado, debemos reconocer que en el discurso, arma importante, se comenzó hace poco tiempo atrás a decir que la salud es una sola con distinta financiación. Debemos recordar que en nuestro país el 80 % o más es aporte financiero privado
En las sociedades moralmente pluralistas y democráticas el ejercicio de la razón pública es indispensable. Y para nutrirla de información, reflexión y orientaciones, la presencia activa de las éticas aplicadas es de primera necesidad
Los Principios de la ética y valores ética no dependen de las circunstancia ( no Son Hipotéticos), son fines en su mismo.
Actuar según estos valores hace posible la convivencia en una sociedad, pero no de cualquier manera, sino sobre la base de la equidad, la libertad, la solidaria, la justicia la dignidad del trabajo.
Se produce además en nuestros países algo similar a lo que también se observa en latitudes más afortunadas desde el punto de vista de su desarrollo humano y es la existencia de una disociación entre el discurso y la práctica, la cual es más que evidente en los altos representantes del mundo de la economía, las finanzas, el Estado, el comercio, la gerencia privada y las capas sociales más favorecidas. Así, por ejemplo, mientras el discurso es incluso vehemente con relación a la protección del niño y del adolescente, lo cual pareciera señalar que se trata de un valor ético importante de la sociedad en su conjunto, la desnutrición infantil afecta al 30 por ciento de los niños menores de dos años y los niños de la calle aumentan en número sin que se produzca la esperada reacción de horror al respecto. Y peor aún, sin que se produzcan acciones efectivas dirigidas a corregir ambas situaciones y mucho menos tendientes a aminorar las causas de las mismas. Esto lo que significa es que un sector de la sociedad, el sector dominante o privilegiado, no cree realmente en todo lo que dice sobre determinados valores éticos cuya estricta aplicación podría significar una merma en la magnitud de la riqueza recibida.